MAYO 25 -- FE QUE VENCE EN EL GETSEMANI -- Alberto Araujo

39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.
40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
Lucas 22 : 39--44


Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad
44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
Mateo 25 : 36--38 42 y 44



«A cada uno de nosotros nos suceden cosas en este
mundo que no podemos entender; es entonces
cuando la fe se pone a prueba hasta su último límite;
y en tales momentos es dulzura para el alma recordar
que Jesús también lo pasó en Getsemaní...
Cada persona. tiene su propio Getsemaní, y cada
persona tiene que aprender a decir: "Hágase
Tu voluntad..."» Y sobre el grito de Jesús en la Cruz,
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»:
«Puede ser que haya algo aquí -si podemos decirlo
asímás humano. A mí me parece que Jesús no sería
Jesús si no hubiera sondeado las simas más profundas
de la experiencia humana. En la experiencia humana,
en el transcurso de la vida, cuando las más amargas
tragedias la invaden, hay momentos cuando nos
parece sentir que Dios Se ha olvidado de nosotros;
cuando estamos inmersos en una situación que
sobrepasa nuestro entendimiento y nos sentimos
abandonados hasta de Dios... Aquí vemos a Jesús
sondeando las má negras profundidades de la situación
humana, para que no hubiera ninguna de la que
pudiéramos decir que Él no la pasó antes que
nosotros... Aquí tenemos algo de valor incalculable.
Jesús pasó por el abismo más insondable,
y salió de nuevo a la luz. Nosotros también, si
nos aferramos a Dios aun cuando parece que no
hay Dios, manteniendo los restos de nuestra fe
desesperada e invenciblemente, no cabe duda
que la aurora romperá y saldremos victoriosos.
El vencedor es el que se niega a creer que Dios
Se ha olvidado de él aun cuando todas las fibras
de su ser se sientan abandonadas. Vencedor es
aquel que no deja que se le pierda nunca la fe,
aun cuando sienta que ya ha perdido toda su
base. Vencedor es el que se ha sumido hasta las
profundidades, y todavía se aferra a Dios, porque
eso es lo que hizo En un abrir y cerrar de ojos.»
Alberto Araujo