Spetiembre 22 -- Verdadera comunion -- Comunion -- David Wilkerson

Muchos Cristianos hablan de tener intimidad con el Señor, caminando con él, conociéndolo, teniendo compañía con él. Pero no podemos tener una verdadera comunión con Dios a no ser que recibamos en nuestros corazones la revelación plena de su amor, gracia y misericordia.

La comunión con Dios consiste de dos cosas:

1. Recibir el amor del Padre, y
2. Amarlo en retorno

Usted puede pasar horas cada día en oración diciéndole al Señor cuánto usted lo ama, pero eso no es comunión. Si usted no ha recibido su amor, usted no ha tenido comunión con él. Usted simplemente no puede compartir intimidad con el Señor Jesús a no ser que usted esté seguro del amor que él tiene por usted.

Yo sé que cuando vengo a mi Señor, no vengo a un Padre feroz, duro, exigente. El no me espera con un rostro enojado, ansioso de golpearme en la espalda con una vara. El no me espía para ver cuándo fallo y entonces poder decirme “te descubrí”.

No, yo vengo a un Padre que se me ha revelado como un amor puro, incondicional. El es amable, de corazón tierno, lleno de gracia y misericordia, ansioso de de levantar todas mis cargas y preocupaciones. Y yo sé que él nunca me rechaza cuando lo llamo.

Es por eso que yo entro por sus atrios con alabanza y con acción de gracias, por que estoy agradecido por quién mi Dios es. ¡El tiene cuidado de todo lo que me concierne! (Ver Salmo 100).

El profeta Sofonías dice algo increíble sobre el amor de Dios por nosotros. El escribe, “Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos” (Sofonías 3:17).

Este verso nos dice dos cosas importantes sobre cómo nos ama el Señor:

1. Dios descansa en su amor por sus hijos. En Hebreo, esta frase “callará de amor” significa que “El estará sin palabras por el amor que nos tiene.” Dios está diciendo en esencia, “¡He encontrado a mi amor verdadero, y estoy totalmente satisfecho! No necesito buscar en ningún otro lugar, por que no tengo ninguna queja. Estoy completamente satisfecho en esta relación, y no quitaré mi amor. ¡Mi amor es un hecho ya establecido!”

2. Dios tiene gran placer por sus hijos. Sofonías testifica, “El se regocija sobre ti con cánticos” El dice, “¡El amor de Dios por usted es tan grande, que en sus labios hay una canción!”

Regocijarse significa “tener gozo y deleite”. Es una expresión externa de un deleite interno. Es también la expresión más alta de amor. La palabra Hebrea que Sofonías usa para decir “regocijo” es tripudiare que significa “brincar, lleno de un éxtasis de felicidad”.

¿Puede usted concebir que su Padre celestial está tan enamorado de usted que brinca de felicidad con sólo pensar en usted? ¿Puede usted recibir su palabra que dice que él lo amó a usted antes de que el mundo fuese creado, antes que la humanidad existiese, antes de que usted hubiese nacido? ¿Puede usted aceptar que él lo amó aún antes de que usted cayera en los caminos pecaminosos de Adán y llegara a ser un enemigo de Dios?



Septiembre 15 - Jesucristo Intercesor Parte 2 - W Barclay

Glorifícale, de la misma manera que Le diste autoridad sobre toda la humanidad para que pueda dar la vida eterna a todos los que Le has dado. La vida eterna es conocerte a Ti, Que eres el único Dios verdadero, y a Jesucristo Tu enviado. Yo ya Te he glorificado en la Tierra acabando la obra que Tú Me encargaste; y ahora, Padre, glorifícame en Tu propia presencia con la gloria que tuve contigo antes que empezase el mundo.
Les he revelado Tu nombre a los hombres que Me diste sacándolos del mundo. Eran Tuyos cuando Me los diste, y han recibido Tu Palabra. Ahora ya se dan cuenta de que todo lo que Me has dado procede de Ti, porque Yo les he dado las palabras que Tú Me diste a Mí, y ellos las han recibido, y ahora ya saben a ciencia cierta que Yo vine de Ti, y creenque fuiste Tú Quien Me enviaste.
Juan 17 : 5—9

1 - Hay otra idea importante en este pasaje, porque contiene la gran definición que da el Nuevo Testamento de la vida eterna: es conocer a Dios, y a Jesucristo, a Quien Él ha enviado. Recordemos lo que quiere decir eterno. En griego es aiónios. Esta palabra tiene que ver, no tanto con la duración de la vida. Sólo hay Uno al Que se puede aplicar adecuadamente la palabra aiónios, y es Dios. La vida eterna no es otra cosa, por tanto, que la vida de Dios. Poseerla, entrar en ella, es experimentar aquí y ahora algo del esplendor, y la majestad, y el gozo, y la paz, y la santidad que son características de la vida de Dios. Conocer a Dios es una expresión característica del Antiguo Testamento. La sabiduría es «árbol de vida a los que de ella echan mano» (Proverbios 3:18). «Conocer Tu poder -dijo el escritor de Sabiduría- es la raíz de la inmortalidad (Sabiduría 5: 3). «Los justos son librados por la sabiduría» (ProverbiosI1: 9). El sueño de la nueva edad de Habacuc era «que la Tierra estará llena del conocimiento de la gloria de Dios> (Habacuc 2:14). Oseas oye la voz de Dios que le dice: « Mi pueblo fue destruidoporque le faltó conocimiento» (Oseas 4:6). Una exposición rabínica pregunta cuál es la porción más pequeña de la Escritura que contiene todas las partes. esenciales de la ley, y contesta: Proverbios 3:6, que quiere decir literalmente: «Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.» También había una exposición rabínica que decía que Amós había reducido todos los mandamientos de la ley a uno solo, cuando dijo: «Buscadme, y viviréis» (Amós 5:4), porque buscar a Dios quiere decir buscar conocerle. Conocer a Dios no es, por tanto, un mero conocimiento intelectual de Él, sino una íntima relación personal con Él que es como la relación más próxima y amada de la vida. De nuevo hemos de decir que, sin Jesús, tal intimidad con Dios habría sido impensable e imposible. Es Jesús el Que nos ha enseñado que Dios no es un Ser remoto e inasequible, sino el Padre Cuya naturaleza es amor. Conocer a Dios es no sólo saber cómo es, sino también estar en términos de la más íntima relación de amistad con Él; y ninguna de las dos cosas es posible sin Jesucristo

2 - * Jesús nos da aquí una definición de Su obra. Le dice a Dios: « He revelado Tu nombre.» Aquí hay ideas que les resultarían claras a los que lo leyeran por primera vez.Hay una idea que es esencial y característica del Antiguo Testamento. Allí se usa la palabra nombre en un sentido especial; No quiere decir simplemente el nombre propio de una persona, sino todo su carácter en tanto en cuanto puede conocerse. El salmista dice: «En Ti confiarán los que conocen Tu nombre» (Salmo 9:10). «Anunciaré Tu nombre a mis hermanos» (Salmo 22:22). Este era un salmo que los judíos creían que era una profecía del Mesías y de la obra que realizaría; y quiere decir que el Mesías declararía a la humanidad cómo es Dios. El profeta Isaías comprendió que Dios decía de la nueva era: « Mi pueblo sabrá Mi nombre por esto en aquel día: porque Yo mismo, el Que estoy hablando, estaré presente» (Isaías 52:6)Así que, cuando Jesús dice: «He revelado Tu nombre,» quiere decir: «He dado a la humanidad la posibilidad de ver cuál es la verdadera naturaleza de Dios.» Es otra manera de decir: « El que Me ha visto a Mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9). Es la suprema afirmación de Jesús que, en Él, la humanidad ve la mente, el carácter y el corazón de Dios.

3 - Este pasaje ilumina también el sentido del discipulado.El discipulado cristiano se basa en el hecho de que Jesús ha venido de Dios. Un discípulo es una persona que se ha dado cuenta de que Jesús es el Embajador de Dios, y que en Sus palabras oímos la voz de Dios, y en Sus obras vemos a Dios en acción. El discípulo ve a Dios en Jesús, y sabe que no hay nadie que sea una misma cosa con Dios excepto Jesús.El discipulado conduce a la obediencia. El discípulo es el que obedece la Palabra de Dios como la recibe en Jesús. Es el que se somete al magisterio de Jesús , implica sumision .Las personas que pertenecen a Jesús Le han sido dadas por Dios
Piensa en ello de este modo: un padre tiene grandes sueños acerca de su hijo; se forja un plan de futuro para él; pero el hijo puede rehusar ese plan y seguir su propio camino. Un profesor prevé un gran futuro para un estudiante; ve que tiene posibilidad de hacer una gran obra; pero el estudiante puede rechazar el plan que se le presenta. Si amamos a una persona, siempre estamos soñando con su futuro y haciendo planes ambiciosos para ella; Dios tiene Su plan, Su sueño, su destino para cada persona; y nuestra tremenda responsabilidad consiste en aceptarlo o rechazarlo. Como ha dicho alguien , Jesus confia en sus dicipulos porque ve la garantía de la continuidad de la obra de Dios en la Tierra .Cuando Jesús salió de este mundo, no parecía que podía tener mucha base para la esperanza. É1 mismo parecía haber conseguido bien poco y ganado a muy pocos Pero Jesús tenía la confianza que tiene su manantial en Dios. No tenía miedo de los principios humildes. No
era pesimista acerca del futuro. Parecía decir: «No he ganado más que a once hombres normales y corrientes; pero dadme esos once, y le daré la vuelta al mundo.»
Jesús tenía dos cosas: fe en Dios y fe en Sus hombres. Es una de las cosas que más entusiasman en el mundo el pensar que Jesús puso Su confianza en personas como nosotros. Nosotros tampoco nos tenemos que desanimar por las debilidades humanas ni por los principios humildes. Nosotros también debemos lanzarnos adelante con una fe confiada en Dios y en las personas. Así no seremos nunca pesimistas; porque, con esta doble fe, nuestras posibilidades en la vida son ilimitadas.
No lo elegimos nosotros a El , sino que El nos eligio a nosotros .

Septiembre 14 - Jesucristo Intercesor Parte 1 -- W Barclay

Después de decir todo aquello, Jesús elevó la mirada al Cielo y dijo:
-Padre, ha llegado la hora. Glorifica a Tu Hijo para que Él Te glorifique a Ti. Glorifícale, de la misma manera que Le diste autoridad sobre toda la humanidad para que pueda dar la vida eterna a todos los que Le has dado. La vida eterna es conocerte a Ti, Que eres el único Dios verdadero, y a Jesucristo Tu enviado. Yo ya Te he glorificado en la
Tierra acabando la obra que Tú Me encargaste; y ahora, Padre, glorifícame en Tu propia presencia con la gloria que tuve contigo antes que empezase el mundo.
San Juan 17 : 1--5

Para Jesús, la vida tenía un clímax, que era la Cruz. Para Él, la Cruz era la gloria de la vida y el acceso a la gloria de laeternidad. « Ha llegado la hora -había dicho Jesús- de que el Hijo del Hombre sea glorificado» (Juan 12:23). ¿Qué quería decir Jesús cuando hablaba de la Cruz como Su gloria y Su glorificación?
Es uno de los hechos de la Historia que una y otra vez fue en la muerte cuando las grandes figuras alcanzaron la gloria. Fue cuando murieron, y cómo murieron, lo que mostró realmente quiénes y cómo eran. Puede que fueran malentendidos, infravalorados y hasta condenados como criminales durante su vida; pero su muerte hizo ver cuál era su verdadero lugar en el esquema de las cosas.
Eso sucedió con Jesús; porque, hasta el centurión que estaba al pie de la cruz quedó diciendo: « ¡No cabe duda de que Éste era el Hijo de Dios!» La Cruz fue la gloria de Jesús porque fue en ella donde mostró supremamente Su majestad, y desde donde atrae a Sí definitivamente el reconocimiento, el amor y la lealtad de la humanidad.
la Cruz fue la gloria de Jesús porque fue la culminación de Su obra. « He llevado a cabo el trabajo» -dijo Jesús al Padre- que Tú me encargaste.» Para Él, el haberse detenido antes de la Cruz habría supuesto dejar su labor sin terminar. ¿Por qué? Porque había venido a este mundo para enseñarle a la humanidad el amor de Dios, no sólo con palabras, sino con toda Su vida. El detenerse antes de la Cruz habría equivalido a decir que el amor de Dios llegaba hasta ahí, y no más. Llegando a la Cruz, Jesús mostró que no hay nada que el amor de Dios no esté dispuesto a asumir por la humanidad; que no tiene límites , Jesús Cumplió su cometido; hizo llegar a la humanidad el amor de Dios. Para Él aquello supuso la Cruz; y la Cruz fue Su gloria porque acabó la obra que el Padre Le había encargado: consiguió que los hombres y las
mujeres ya no pongan en duda el amor de Dios
¿Cómo glorificó la Cruz a Dios? La única forma de glorificar a Dios es obedecerle.
Jesús dio honor y gloria a Dios con Su perfecta obediencia. La historia evangélica deja muy claro que Jesús pudo evitar la Cruz. Humanamente hablando, podría haber vuelto la espalda y no haber ido a Jerusalén. Cuando vemos a Jesús en Sus últimos días en la Tierra, no podemos por menos de decir: «¡Fijaos cómo amaba a Dios! ¡Fijaos a qué extremo Le llevó la obediencia!» Glorificó a Dios en la Cruz ofreciéndole la perfecta obediencia de
un amor perfecto. (iv) Pero hay todavía más: Jesús Le pidió a Dios que Le glorificara y que Se glorificara. La Cruz no era el final. Habría de seguirla la Resurrección, que sería la vindicación de Jesús. Fue la demostración de que, aunque la humanidad Le hiciera lo peor,
Jesús no sería derrotado, sino saldría vencedor. Fue como si Dios señalara a la Cruz y dijera: «Eso fue lo que la humanidad le hizo a Mi Hijo;» y luego señalara a la Resurrección, y dijera: « Y eso fue lo que Yo hice por Mi Hijo.» La Cruz era lo peor que la humanidad podía hacerle a Jesús, pero ni aun así Le conquistó. La gloria de la Resurrección borra la vergüenza de la Cruz. (v) Para Jesús, la Cruz era el camino de vuelta. «Glorifícame -oró- con la gloria que tuve antes que el mundo empezara.» Era como un caballero que hubiera salido de la corte de su rey para realizar alguna hazaña heroica y peligrosa, y que, una vez cumplida su misión, volvía en triunfo a gozar de la gloria de la victoria. Jesús vino de Dios y volvió a Dios. La empresa gloriosa entre Su venida y Su vuelta culminó en la Cruz. Para El, por tanto, la Cruz era la puerta de entrada a la gloria; y, si hubiera rehusado pasar por ella, ¿cómo habría vuelto a la gloria? ¿Habría habido una gloria a la que volver? Para Jesús la Cruz fue Su vuelta a Dios.



Septiembre 13 -- Pequeñas Cosas -- Anonimo

‘‘ Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas
que echan
a perder las viñas’’.
Cantares 2 : 15



Como las zorras pequeñas echan a perder las viñas, las pequeñas cosas suelen dar tristeza a nuestra vida … somos propensos a subestimar las cosas insignificantes … no nos damos cuenta que toda nuestra vida transcurre detrás de menudencias … de aquí el consejo sabio que dice : Nunca digas : ‘‘ es un detalle’’… con desdén …
Vigilemos las cosas pequeñas … puede ocurrir lo mismo que sucede en aquella historia de niños … ‘‘ Todo ocurrió por un clavo ’’ …
Sí, se cuenta que un Clavo estaba flojo en la herradura de un caballo … y se perdió el clavo … se perdió la herradura … se perdió el caballo … se perdió la batalla … se perdió un país …
todo por aquel detalle que insignificante resultó sumado a los otros : importante …
El Señor Jesús nos dice ‘‘ El que es fiel en lo poco también en lo más es fiel … y el que en lo poco es injusto, también en lo más es injusto ’’ ( Lucas 10 :10 ).
Esas pequeñas cosas que durante el día nos ponen contrariado, esos detalles de la vida de relación, en la familia, en el transporte, esa palabra de más o de menos que utilizamos con nuestra esposa, hijos o padres, ese detalle hay que cuidar … para no destruir la viña de la cual somos administradores …
El remedio para tener en cuenta esas pequeñas cosas … es llenar nuestro ser de los frutos del dulce Espíritu de Dios para que broten a raudales esos beneficios en forma espontánea …
‘‘ De la abundancia del corazón habla la boca’’ … cultivemos la vida espiritual y tengamos cuidado de los pequeños detalles que forman las
‘‘ pequeñas grandes cosas de la vida’’ .

Septiembre 12 - He trabajado en Vano - David Wilkerson

¿Le asombraría saber que Jesús experimentó el sentimiento de haber logrado poco?

En Isaías 49:4 leemos estas palabras: “Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas…” Note que estas no son las palabras de Isaías, quien fue llamado por Dios cuando ya era maduro de edad. No, estas son las propias palabras de Cristo, habladas por Aquel “llamado…desde el vientre, desde las entrañas de mi madre…El Señor…me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob, (y para congregarle a Israel)” (49:1, 5)

Cuando llegué a este mensaje, un mensaje que había leído muchas veces antes, mi corazón quedó en asombro. Difícilmente podía creer lo que estaba leyendo. Las palabras de Jesús aquí sobre “trabajar en vano” fueron una respuesta al Padre quien acababa de declarar “Mi siervo eres…en quien me gloriaré” (49:3). Leemos la respuesta asombrosa de Jesús en el verso que sigue: “Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas” (49:4)
Después de haber leído esto, me puse de pié en mi sala de estudio y dije: “Qué maravilloso. No puedo casi creer que Cristo fuera así de vulnerable, confesando al Padre que estaba experimentando lo que nosotros los humanos enfrentamos. En su humanidad, él probó el mismo descorazonamiento, el mismo abatimiento, las mismas heridas. El estaba teniendo los mismos pensamientos que yo he tenido sobre mi propia vida: ‘Esto no es lo que yo había percibido que fue prometido. Malgasté mis fuerzas. Todo ha sido en vano.”

Leyendo esos versos me hizo que amara mucho más a Jesús. Me di cuenta de que Hebreos 4:15 no es tan sólo un cliché: nuestro Salvador verdaderamente es tocado cuando siente nuestras debilidades, y fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. El había conocido estas mismas tentaciones de Satanás, y había escuchado la misma voz acusadora: “Tu misión no ha sido completada. Tu vida ha sido un fracaso. Todo tu trabajo de nada ha servido.”

Cristo vino al mundo para realizar la voluntad de Dios de reavivar a Israel. Y él hizo lo que se le había encomendado. Pero Israel lo rechazó: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Juan 1:11).

¿Por qué Jesús, o cualquier hombre o mujer de Dios, hablaría palabras tan desesperadas como éstas?: “he trabajado en vano” ¿Cómo podría el Hijo de Dios decir tal cosa? ¿Y por qué ha habido generaciones de creyentes fieles que han sido reducidos a estas palabras abatidas? Es el resultado de medir los resultados pequeños contra las expectaciones altas.

Usted puede pensar, “Este mensaje parece que sólo se aplica a ministros, o es para los llamados a hacer un gran trabajo para Dios. Me parece que está dirigido a misioneros o a profetas de la Biblia. Pero ¿qué tiene que ver conmigo?” La verdad es, que todos somos llamados a un propósito grandioso y común para todos, y a un ministerio: y es, ser como Jesús. Somos llamados a crecer en su imagen, a ser cambiados en su imagen expresada.

CON CRISTO ESTOY JUNTAMENTE CRUFICIDADO
Y YA NO VIVO YO
MAS VIVE CRISTO EN MI
Y LO QUE AHORA VIVO YO EN LA CARNE
LO VIVO EN LA FE
DEL HIJO DE DIOS
QUIEN ME AMO Y SE ENTREGO A SI MISMO
POR MI
Galatas 2 : 20


Septiembre 11 -- El temor de Dios -- A W Tozer


El primer anuncio de Dios de su intención redentora hacia la humanidad fue declarado a un hombre y a una mujer escondidos de la presencia del Señor en temor mortal. Dios entregó su Ley a un hombre que temblaba de terror en medio de fuego y humo, aterrorizado ante la voz de trueno y el sonido de la trompeta divina. Cuando la lengua de Zacarías fue soltada por la operación misteriosa de Dios, «Se llenaron de temor todos sus vecinos» (Lucas 2.65.) Aun el famoso anuncio, «¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Lucas 2.14) hizo que los pastores tuvieran «gran temor» (Lucas 2.9) a causa de la repentina, abrumadora e irresistible presencia de la hueste celestial.
Si leemos las Escrituras con los ojos abiertos, podemos percatarnos de la verdad que como un fuerte cable se mantiene desde el Génesis hasta el Apocalipsis. La presencia de un ser divino casi siempre trae temor a los corazones de los hombres pecadores. Algo había en las manifestaciones de Dios que espantaba a los espectadores, que los intimidaba y atemorizaba, debido a lo cual les asaltaba un terror más allá de lo natural. Este terror no tenía ninguna relación con el mero temor del daño corporal. Era una pavorosa consternación que experimentaba el individuo en lo profundo de la naturaleza de su corazón, mucho más adentro que el temor experimentado como resultado normal de los instintos físicos de auto-preservación.
Creo que no puede resultar ningún bien de las actividades religiosas que no se arraiguen en esta cualidad del temor de la criatura. El elemento animal dentro de nosotros es muy fuerte y repleto de auto-confianza. Hasta que haya sido totalmente derrotado, Dios no puede revelarse a sí mismo a los ojos de nuestra fe. Hasta que ese terror inaudito se apodere de nosotros, el cual resulta cuando una criatura pecadora y sin santidad se confronta con aquel que es el más santo de todos, no es muy probable que le afecte la doctrina del amor y gracia como la declara el evangelio del Nuevo Testamento. El amor de Dios no afecta al corazón carnal en absoluto; o si lo afecta en cierto grado, entonces es en forma adversa, porque el conocimiento de que Dios nos ama con toda sencillez, nos confirma en nuestra auto-justicia.
El esfuerzo de los liberales y los modernistas limítrofes o moderados de buscar y atraer a los hombres a Dios presentándoles el lado blando y suave de la religión es un mal absoluto, porque pasa por alto la razón misma por nuestra enemistad con Dios en primer lugar. Hasta que el corazón del hombre no se perturbe, es probable que no se libre de sus problemas con Dios. Caín y Abel son dos ejemplos solemnes de esta verdad. Caín trajo un presente a Dios y pensó que este se había sentido satisfecho y contento con él. Abel trajo un sacrificio a Dios quien él sabía no podría aceptarle tal cual era. Su corazón tembloroso le decía que buscara un escondero. El corazón de Caín no temblaba. Caín estaba tan satisfecho consigo mismo que no buscó un lugar donde esconderse. El temor de Jehová le pudo haber servido muy bien a Caín en ese momento tan crítico, porque hubiera cambiado el carácter total de su ofrenda y hubiera cambiado para el bien el curso entero de su vida.
Aunque este terror y temor del Señor es tan indispensable, siempre debemos tener presente que no se puede inducir por las amenazas dictadas en el nombre del Señor. El Infierno y el juicio son realidades, y debemos predicarlas en su contexto bíblico, ni más ni menos; pero no pueden inducir eso que llamamos el temor del Señor. Tal temor es sobrenatural, y no tiene ninguna relación con las amenazas de castigo. Conlleva una cualidad misteriosa, a menudo sin gran contenido intelectual; es un sentimiento más bien que una idea; es la reacción profunda de una criatura caída en la presencia del Santo Ser que el corazón atónito sabe que es Dios. El Espíritu Santo es el único que puede inducir esta emoción en el corazón humano. Todo esfuerzo de nuestra parte de «súperinducirlo», o producirlo por nuestros medios, es malgastado, o peor que eso.
El temor de Dios es sobrenatural por eso nunca puede ser originado, ni creado, ni levantado por repetidas advertencias acerca de la guerra, o , o las depresiones económicas, o catástrofes de la nauraleza. La artimaña o treta de engañar a la gente asustándola e intimándola a aceptar a Cristo amenazándolas con bombas atómicas y misiles, no proviene de las Escrituras, ni tampoco es eficaz. Si encendemos petardos de fuegos artificiales frente a un rebaño de cabras, presumiblemente, podríamos conseguir colocarlas en el corral de las ovejas; pero todo el temor natural en el mundo no podría convertir una cabra en oveja. Tampoco el temor de una invasión rusa puede cambiar a los hombres impenitentes en amantes de Dios y la justicia. Sencillamente no resulta así.
¿De dónde surge y se levanta el verdadero temor de Dios? Del conocimiento de nuestra propia pecaminosidad y un sentido de la presencia de Dios. Isaías tuvo una experiencia aguda y dura de su impureza e inmundicia personal y muy fuerte de la portentosa presencia de Jehová. Las dos juntas fueron más de lo que él podía soportar. A cara descubierta, él exclamó una confesión de su pecado, que se le hizo tanto más intolerable, porque sus ojos habían visto al Rey, Jehová de los ejércitos.
Una congregación experimentará ese misterioso terror y temor de Dios cuando el ministro y los líderes de la iglesia sean llenos del Espíritu Santo. Cuando Moisés descendió del monte con su rostro resplandeciente, los hijos de Israel tuvieron temor que nacía de esa vista sobrenatural. Moisés no tenía por qué amenazarles. Él únicamente tuvo que aparecer delante de ellos con esa luz en su rostro.






Tomado y adaptado del libro La raíz de los justos, A. W. Tozer, Editorial Clie, 1994. Usado con permiso. Todos los derechos reservados. Adaptado por DesarrolloCristiano.com. Todos los derechos reservados.

Sptiembre 10 -- Ser Cristiano -- A W Tozer

En el corazón del sistema cristiano se halla la Cruz de Cristo con todas sus sublimes paradojas. El poder del cristianismo se nota siempre en antipatía con las maneras del hombre caído, nunca en concordancia con él. La verdad de la cruz se revela por sus contradicciones. El testimonio de la iglesia es más efectivo cuando declara que cuando explica, porque el evangelio se dirige a la fe, y no a la razón; lo que descansa sobre el carácter de Dios, no sobre las demostraciones del laboratorio o la lógica.
La cruz se halla en fuerte oposición al hombre natural. Su filosofía corre en sentido contrario al proceso de la mente del hombre no regenerado. Por eso decía el apóstol Pablo que la predicación de la cruz es locura para los hombres. Tratar de hallar un fondo común entre el mensaje de la cruz y la razón del hombre caído es procurar lo imposible, y si se insiste en ello, se hallará una mente deteriorada, una cruz sin significado y un cristianismo sin fuerza.
El cristiano cree que él ha muerto con Cristo, y al mismo tiempo se muestra más vivo que nunca y con la seguridad de vivir para siempre. Camina sobre la tierra mientras cree que ya está sentado con Cristo en los cielos, y aunque nacido en esta tierra, siente, después de su conversión, que su hogar ya no está más aquí. Y al igual que el milano, que en el aire es la esencia de la gracia y la belleza, pero cuando está en el suelo es feo y torpe, así el cristiano está en su mejor forma cuando se lo ve en los cielos y no lo es tanto cuando está en medio de la sociedad que lo vio nacer.
El cristiano aprende pronto que si desea ser victorioso como un hijo del cielo entre los hombres de la tierra, no debe seguir las normas comunes de la humanidad, sino precisamente lo contrario. Para estar seguro se pone en peligro; pierde su vida para poder salvarla, y corre riesgo de perderla si procura preservarla. Él baja para poder elevarse. Si rehusa humillarse, ya ha sido humillado, pero cuando se humilla, entonces es ensalzado.
Es fuerte cuando es débil, y es débil cuando se siente fuerte. Aunque pobre, tiene poder para hacer a otros ricos; y cuando se hace rico pierde su habilidad de enriquecer a otros. Él tiene más cuando ha dado más, y tiene menos cuando posee más.
Él puede ser, y a menudo lo es, alto cuando se cree bajo, y más santo cuando más consciente de pecado. Es sabio cuando reconoce que no sabe nada, y sabe menos cuando ha adquirido gran acopio de conocimiento. A veces hace más por no hacer nada, y adelanta más cuando se queda parado. Él es feliz en medio de sus cargas y conserva alegre su corazón, aun en la tristeza.
Constantemente se revela el carácter paradójico del cristiano. Por ejemplo, él sabe que ya está salvado ahora, sin embargo, espera una gran salvación que ha de ser revelada, y mira gozoso al tiempo de su futura redención. Teme a Dios, pero sin embargo, no huye con miedo de él. Ante la presencia de Dios se siente sobrecogido y deshecho; sin embargo, nada desea más que estar en la presencia de Dios. Sabe que sus pecados han sido todos limpiados y al mismo tiempo es penosamente consciente de que en su carne no mora cosa buena.
Ama supremamente a Uno a quien nunca ha visto, y aunque pobre y humilde, habla confiadamente con Uno que es Rey de reyes y Señor de señores, y no halla ninguna incongruencia en ello. Sabe que vale poco y menos que la nada, y sin embargo cree sin una duda que es la cosa más preciada para el Altísimo, y sabe que por él, el Eterno Hijo de Dios se hizo carne y murió en la vergonzosa cruz.
El cristiano es un ciudadano del reino de los cielos, y presta a esa ciudadanía su primera obediencia, pero también ama a su tierra natal con todo su corazón y ora, como Juan Knox: "¡Señor, dame Escocia o si no me muero!"
Espera con ansias todos los días ser trasladado al Hogar celestial, no obstante eso, no tiene apuro en dejar este mundo y está dispuesto a esperar el llamado del Padre Celestial. Y es incapaz de comprender por qué los incrédulos critican esta aparente falta de consistencia; él ve todo de la manera más sensata, clara y razonable posible.
El cristiano, portador de la cruz junto con Cristo, es al mismo tiempo un pesimista y un optimista, de una clase que es imposible hallarla en el resto de los mortales.
Cuando mira la cruz es un pesimista, porque sabe que el mismo juicio que cayó sobre el Señor de la gloria, condena en ese solo hecho, toda la naturaleza y todo el mundo de los hombres. Rechaza toda humana esperanza aparte de Cristo, porque sabe que los más nobles esfuerzos de los hombres son sólo polvo edificado sobre polvo.
Pero también es un optimista incorregible. Si la cruz condena al mundo, la resurrección de Cristo garantiza el triunfo final del bien por todo el universo. Por medio de Cristo todo saldrá bien al fin, y el cristiano vive en esperanza tranquila de ese triunfo.

¡Increíble cristiano!

Tomado del libro Ese increíble cristiano. © Christian Publications, Inc. 1979. Usado con permiso. Los Temas de Apuntes Pastorales, volumen III, número 5.

Septiembre 9 -- Ganando a Cristo , mi Rey de Gloria -- David Wilkerson

"Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo" (Filipenses 3:8).

Pablo estaba completamente cautivado por su Señor. ¿Por qué sentiría él la necesidad de "ganar" a Cristo? Cristo ya se había revelado a él claramente, y no sólo al apóstol, sino en su vida. Aun así, Pablo se sentía obligado a ganar el corazón y el afecto de Cristo.

El ser completo de Pablo, su ministerio, su vida y su propósito en la vida, estaba enfocado sólo en agradar a su Amo y Señor. Todo lo demás era basura para él, aun las cosas "buenas".

¿Es esto escritural, preguntará usted, esta idea de ganar el corazón de Jesús? ¿No somos ya, objeto del amor de Dios? De hecho su amor benevolente se extiende a toda la humanidad. Pero hay otro tipo de amor que pocos cristianos alguna vez experimentan. Se trata de un amor afectivo con Cristo, tal como ocurre entre el esposo y la esposa.

Este amor es expresado en el Cantar de los Cantares. En dicho libro, Salomón representa un tipo de Cristo y en un pasaje, el Señor habla de su novia de esta manera:

"Prendiste mi corazón…esposa mía; has apresado mi corazón con uno [mirada] de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello. ¡Cuán hermosos son tus amores…esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores!" (Cantares 4:9-10).

La novia de Cristo, consiste en un pueblo santo que anhela agradar tanto a su Señor, y que vive tan obedientemente y tan apartado del resto de cosas, que el corazón de Cristo queda apresado. La palabra apresar, en este pasaje significa "robar mi corazón". La versión Reina Valera del pasaje anterior dice que el corazón de Cristo es apresado con sólo "uno de tus ojos". Yo creo que "uno de tus ojos" es la singularidad de una mente enfocada sólo en Cristo.


7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.

8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;

10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,

11 si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.

12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,

14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

FILIPENSES 3 : 7--14

Septiembre 8 -- ESTABA ALLI SOLO -- Anonimo

Despedida la multitud, Jesús subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo”
(Mateo 14:24)

Una de las bendiciones del sábado en los tiempos pasados,
era su calma, el reposo, su paz sagrada. En la soledad se
concibe una fortaleza muy extraordinaria. Los cuervos van en
manadas y los lobos en cuadrillas, pero el león y el águila son
animales solitarios. La fortaleza no está en el escándalo y el
ruido. La fortaleza existe en la soledad. Para que los cielos se
reflejen en la superficie del lago, es necesario que haya calma
en el mismo. Nuestro Señor amaba a la gente, pero leemos
muy a menudo, que la dejaba y se retiraba durante breves
períodos a lugares solitarios. Él siempre se retiraba a las
colinas por la noche sin que nadie lo percibiese. La mayor
parte de su ministerio lo llevó a cabo en pueblos y ciudades
junto a la costa, pero lo que Él más amaba eran las colinas,
y frecuentemente cuando llegaba la noche, se sumergía en
la paz de sus profundidades. Sobre todas las demás cosas,
lo que hoy se necesita es que nos retiremos aparte con
nuestro Señor y nos sentemos juntos a Sus pies en el retiro
sagrado de Su bendita presencia.
¡Cuán grande y dañina es la pérdida de la meditación!
¡Cuán valioso es para el creyente conocer el secreto de
la soledad! ¡Cuán saludable es el tónico de esperar en Dios!

“Para que una vida sea poderosa, es necesario que tenga
su lugar Santísimo donde solamente entre Dios”.

Septiembre 7 -- Quieres ser sano ? -- Santiago Canclini

Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba ya mucho tiempo así
le dijo : ¿ Quieres ser Sano ?
Juan 5 : 6

Parecería que la respuesta natural a esta pregunta fuera lógica
para este hombre que hacia nada menos que 38 años que estaba
enfermo , El podría haber dicho " Como no voy a querer ser sano ?
SIN EMBARGO ....la respuesta de este hombre demostró hasta
donde había llegad el desaliento en su vida : " No tengo quien me
meta en el estanque " Señor , tanto tiempo estuve aquí... no tengo
un amigo , no tengo un pariente , no tengo quien quiera ayudarme ...
Han pasado por aquí muchos levitas , sacerdotes pero no se han
compadecido de mi .
Este hombre a pesar de estar en el estanque llamado Bethesda
( que quiere decir misericordia ) nadie tubo compasión de El
Había desaliento en aquellas palabras , había abatimiento
había desesperanzas pero el Maestro si lo vio
El divino sanador pasa por allí y es movido a misericordia.
Siempre que estamos enfrente de Jesús la esperanza renace
Jesús si se fijo en el , Jesús no solo lo miro , Jesús lo vio
Fijo sus ojos en El y lo vio , lo vio en medio de toda la multitud
y El le hablo con amor procurando su reacción , sacudió de esta
forma el estado de postración interior de este hombre atado por
años y ordenando de sus labios , labios que crearon el universo
le dijo " Levantate , toma tu lecho y anda !!!
Aquel hombre lo miro . oyó , creyó y obedeció por lo tanto
anduvo ... Amado , aunque todo parezca fallarnos El es Fiel
El no nos falla " Hubiese yo desmayado si no creyere que veré
la Bondad del Señor , Si , Espera en Jehová
El ve a través de nuestros ojos lo mas profundo de nuestra alma
El Medico amado es nuestra medicina , el toque de su mano , la
caricia de su amor , El mismo , El autor de la vida es quien puede
sanarnos porque por sus heridas fuimos nosotros sanados
¿ Quieres ser sano hoy ?



Septiembre 6 -- SOLO CREE -- Smith Wigglesworth

Y Jesus le dijo al principal de la sinagoga :
No temas , Cree solamente
Marcos 5 : 36

Amo cantar ese hermoso coro “ Solo Cree “ porque es

Bíblico. Son las palabras de Jesús al principal de la

Sinagoga cuya hija había muerto

El Coro dice :

SOLO CREE , SOLO CREE

TODO ES POSIBLE

SOLO CREE , SOLO CREE

TODO ES POSIBLE

Nuestro Señor Jesús dice : Solo Cree . El ha ordenado

Completa victoria sobre la dificultad , sobre todo

poder maligno , sobre toda depravación . Todo

pecado ha sido cubierto en el calvario

Nuestro Señor dice “ Toda potestad me ha sido

dada en los cielos y en la tierra “ Mateo 28:18

Anhela que seamos llenos de fe . y del Espíritu

Santo y nos declara “ El que en mi cree las obras

que yo hago , el también hará y aun mayores

porque yo voy al Padre “ Juan 14 : 12

Jesús se ha ido al Padre , esta sentado en el

lugar de poder y lo ejercita no solo en el cielo

sino en la tierra porque tiene todo poder

Que puerta abierta para nosotros cuando creemos

En El ¡!! “ Poniendo los ojos en Cristo el

AUOTR y CONSUMADOR de nuestra FE “

Los discípulos eran hombres sujetos a pasiones

como nosotros , estaban unidos con el Señor

e identificados con El. Cuan diferentes eran

unos de otros , Juan , Pedro , Tomas ….

El impulsivo Pedro Listo para continuar

y no parar , Juan el discípulo amado

aprendiendo del maestro recostado en

su pecho , Tomas con su naturaleza rígida

y un espíritu desafiante que dijo “ Si no viere

la señal de los clavos y metiere mi dedo en su

costado , no creeré “ Juan 20 : 25

Que humanidad ¡!! Que peculiares somos ¡!!

pero el Maestro pudo moldearlos , al igual

que a nosotros , no hubo ni habrá toque como

el de El , bajo su toque aun Tomas con su

corazón hecho piedra creyó.

Puede que UD al igual que yo seamos comunes

y corrientes Pero Dios quiere hacernos

extraordinarios con el Espíritu Santo

Dios esta listo para tocarlo y transformarlo

ahora mismo

Es la intención de Dios hacernos nuevas

Criaturas , hacer que todas las cosas viejas

Pasen y que todas las cosas dentro nuestro sean

Verdaderamente de Dios , traer en un nuevo orden

Divino un perfecto amor y una fe ilimitada






Septiembre 5 -- El hace perfecto mi camino - Ch Shaw

Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?

Dios es el que me ciñe de poder,
Y quien hace perfecto mi camino

Salmo 18:32--33



Muchos de nosotros crecimos escuchando mensajes acerca de lo importante que es descubrir la voluntad de Dios para nuestras vidas. La convicción que ha hecho popular esta idea es que si descubrimos la voluntad del Padre podremos emprender una vida exitosa. En mi rol como consejero he conocido a personas que han llegado, literalmente, a un estado de parálisis por el temor de errar el camino. Suponen que existe un solo camino, y que fuera de él jamás podrán alcanzar la bendición del Señor.

Con el pasar de los años se ha apoderado de mí cierto escepticismo con respecto a esas creencias. El margen de error es tan pequeño que prácticamente asegura el fracaso de la mayoría. Solamente algunos afortunados descubrirán el camino «trazado para ellos». Los demás están destinados a una vida de mediocridad porque supuestamente no descubrirán la voluntad de Dios para ellos.

El salmista nos da una perspectiva mucho más amplia del asunto. Afirma que Jehová es el que «hace perfecto mi camino». Me gusta la palabra que escoge la Nueva Versión Internacional: «él endereza mi camino». La idea que pareciera transmitir este concepto es que el camino lo arregla el Señor, no importa donde nos encontremos. El hombre o la mujer que teme a Dios pueden estar seguros que el Señor irá delante de ellos enderezando sus pasos, aun cuando no tengan certeza de estar en el camino correcto.
El hombre o la mujer que teme a Dios pueden estar seguros que el Señor irá delante de ellos enderezando sus pasos, aun cuando no tengan certeza de estar en el camino correcto.

La clave del asunto está en la persona que transita por ese camino. Este no es un principio que es aplicable a cualquier persona, sino a aquellos que de todo corazón desean hacer lo que es correcto ante los ojos del Altísimo. ¿No es esta, acaso, la experiencia de José? No creo que él supiera cual era el camino por el que debía andar, ni tampoco tenía mucha elección en el asunto. No obstante, la Palabra afirma que la mano de Jehová estaba con José y lo prosperaba en todo lo que hacía (Gn 39.3, 21).

Más que descubrir un proyecto especialmente armado para nosotros, pareciera que el interés del Señor es que vivamos vidas que lo honran, nos encontremos donde nos encontremos. Esto no se refiere tanto a lo que hacemos como a lo que somos. La mano de Dios estará sobre la vida de la persona que anhela vivir en santidad, sea que se encuentre en la escuela, en su casa o en el trabajo. Como resultado de este deseo, todo lo que haga será bendecido y —me atrevo a creer— hasta sus desaciertos serán redimidos por el Señor.

La convicción de que Dios estaba ocupado en enderezar sus pasos llevó al salmista a irrumpir en cánticos de alabanza y adoración, y no era para menos. Quien sabe que el Altísimo vela por su andar disfruta de un nivel de descanso y paz que trascienden las palabras.

LIBERTAD.mp3


Para pensar:
La voluntad de Dios no es un plan, sino una actitud. W. Dhuse


Salmos 18 (Reina-Valera 1960) Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.


2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.


3 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis enemigos.


4 Me rodearon ligaduras de muerte,
Y torrentes de perversidad me atemorizaron.


5 Ligaduras del Seol me rodearon,
Me tendieron lazos de muerte.


6 En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.


7 La tierra fue conmovida y tembló;
Se conmovieron los cimientos de los montes,
Y se estremecieron, porque se indignó él.


8 Humo subió de su nariz,
Y de su boca fuego consumidor;
Carbones fueron por él encendidos.


9 Inclinó los cielos, y descendió;
Y había densas tinieblas debajo de sus pies.


10 Cabalgó sobre un querubín, y voló;
Voló sobre las alas del viento.


11 Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí;
Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.


12 Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron;
Granizo y carbones ardientes.


13 Tronó en los cielos Jehová,
Y el Altísimo dio su voz;
Granizo y carbones de fuego.


14 Envió sus saetas, y los dispersó;
Lanzó relámpagos, y los destruyó.


15 Entonces aparecieron los abismos de las aguas,
Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo,
A tu reprensión, oh Jehová,
Por el soplo del aliento de tu nariz.


16 Envió desde lo alto; me tomó,
Me sacó de las muchas aguas.


17 Me libró de mi poderoso enemigo,
Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.


18 Me asaltaron en el día de mi quebranto,
Mas Jehová fue mi apoyo.


19 Me sacó a lugar espacioso;
Me libró, porque se agradó de mí.


20 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.


21 Porque yo he guardado los caminos de Jehová,
Y no me aparté impíamente de mi Dios.


22 Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí,
Y no me he apartado de sus estatutos.


23 Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,


24 Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.


25 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,
Y recto para con el hombre íntegro.


26 Limpio te mostrarás para con el limpio,
Y severo serás para con el perverso.


27 Porque tú salvarás al pueblo afligido,
Y humillarás los ojos altivos.


28 Tú encenderás mi lámpara;
Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.


29 Contigo desbarataré ejércitos,
Y con mi Dios asaltaré muros.


30 En cuanto a Dios, perfecto es su camino,
Y acrisolada la palabra de Jehová;
Escudo es a todos los que en él esperan.


31 Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?


32 Dios es el que me ciñe de poder,
Y quien hace perfecto mi camino;


33 Quien hace mis pies como de ciervas,
Y me hace estar firme sobre mis alturas;


34 Quien adiestra mis manos para la batalla,
Para entesar con mis brazos el arco de bronce.


35 Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
Tu diestra me sustentó,
Y tu benignidad me ha engrandecido.


36 Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado.


37 Perseguí a mis enemigos, y los alcancé,
Y no volví hasta acabarlos.


38 Los herí de modo que no se levantasen;
Cayeron debajo de mis pies.


39 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea;
Has humillado a mis enemigos debajo de mí.


40 Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas,
Para que yo destruya a los que me aborrecen.


41 Clamaron, y no hubo quien salvase;
Aun a Jehová, pero no los oyó.


42 Y los molí como polvo delante del viento;
Los eché fuera como lodo de las calles.


43 Me has librado de las contiendas del pueblo;
Me has hecho cabeza de las naciones;
Pueblo que yo no conocía me sirvió.


44 Al oír de mí me obedecieron;
Los hijos de extraños se sometieron a mí.


45 Los extraños se debilitaron
Y salieron temblando de sus encierros.


46 Viva Jehová, y bendita sea mi roca,
Y enaltecido sea el Dios de mi salvación;


47 El Dios que venga mis agravios,
Y somete pueblos debajo de mí;


48 El que me libra de mis enemigos,
Y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí;
Me libraste de varón violento.


49 Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová,
Y cantaré a tu nombre.


50 Grandes triunfos da a su rey,
Y hace misericordia a su ungido,
A David y a su descendencia, para siempre.



Septiembre 4 -- A QUIEN AMA MI ALMA - Ch Spurgeon

¡ OH TU A QUIEN AMA MI ALMA ¡
Cantares 1 : 7

Es bueno poder decir del Señor Jesús sin ningún: “pero “,

“quizás “o “si “ ¡ OH TU A QUIEN AMA MI ALMA ¡

muchos solo pueden decir que creen amar a Jesús , confían

en que lo aman pero solo una experiencia superficial

satisfará con quedarse allí. Ninguno debe dar reposo a su

espíritu hasta sentirse completamente seguro en un asunto

de tan vital importancia. No debemos quedarnos satisfechos

con la superficial esperanza de que Jesús nos ama y con la

mera creencia de que nosotros le amamos a El Los santos

de la antigüedad hablaban claramente ¡! Pablo decía = Yo se en

quien he creído ¡! Job decía = Yo se que mi Redentor vive ¡!

Asegúrate de amar realmente a Jesús y no quedes satisfecho

hasta que puedasdecir con certeza de que tienes interés en El ,

el que sin duda ya tienes por haber recibido el testimonio del

Espíritu Santo , porque es EL quien tiene que efectuarlo

en corazón , el amor que El sella en el corazón por la fe , es

con elConsolador . El espíritu Santo es quien tiene que efectuar

esta obra en el corazón Pero la razón lógica por la cual amamos

a Jesús esta en El mismo ¿ Porque amamos a Jesús ¿? Porque

El nos amo primero. ¿ Porque amamos a Jesús ¿? Porque El

se dio a si mismo por nosotros , tenemos vida por su muerte y

perdón y paz por su sangre , aunque era rico por amor de nosotros

se hizo pobre ¿ Porque amamos a Jesús ¿? Por la excelencia de

su persona , estamos satisfechos con la sensación de su hermosura ,

Con la admiración

de sus encantos , y el conocimiento de su infinita perfección Su

grandeza , bondad y amabilidad se combinan en un excelente rayo

que fascina el alma hasta exclamar “ TODO EL ES CODICIABLE

“ Bendito amor que une el corazón con cadenas mas suaves que la

seda y mas sólidas que el diamante


Spetiembre 3 _ ABBA PADRE -- David Wilkerson

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios

SAN JUAN 1 : 12--13

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados

ROMANIOS 8 : 14--17

El Espíritu Santo tiene una manera de simplificar nuestra relación con Dios el Padre y con Jesús. El es el que nos enseña a decir, "Abba, Padre."

Esta frase se refiere a una costumbre oriental de los días de la Biblia, que tenía que ver con la adopción de un niño. Antes de que los papeles de adopción fuesen firmados y sellados por el padre adoptivo, el niño veía a este hombre sólo como un padre ajeno. El niño no tenía ningún derecho de llamarlo Abba, que significa "mi". Pero, tan pronto como los papeles eran firmados, registrados y sellados, el tutor del niño se lo entregaba al padre adoptivo, y por primera vez el niño podía decir "¡Abba Padre!" Mientras el padre lo abrazaba, el niño clamaba, "¡Mi padre! El ya no es tan sólo un padre. ¡El es mío!"

Este es el trabajo y ministerio del Espíritu Santo. El es nuestro tutor de Cristo. El nos presenta al Padre. Y continúa recordándonos, "Yo he sellado los papeles. Ya tú no eres un huérfano – ¡tú eres legalmente un hijo de Dios! Tú ahora tienes un Padre muy amoroso, rico, poderoso. Abrázalo – llámalo 'mi Padre'. ¡Yo he venido a mostrarte cuán amado eres de él! ¡El te ha amado y te ha querido a ti!"

Nuestro clamor debería de ser lleno de suprema alegría y agradecimiento. El Espíritu en nosotros, literalmente clama, "Tú eres un heredero, y has heredado todo lo que Jesús ganó."¡Y cuán grande herencia tienes, por que tu PADRE es el más rico de todo el universo! No te alejes con timidez de él, él no está enojado contigo. Deja de actuar como si fueses un huérfano que está en la miseria, y que le falta felicidad y victoria espiritual. ¡Tú no eres un abandonado – así que disfruta de él!

No solamente no estamos abandonados, sino también el Espíritu Santo está allí con nosotros durante los momentos de confusión y sufrimiento.

La misión del Espíritu Santo es consolar a la novia de Cristo mientras el novio está ausente. "Y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre" (Juan 14:16). "Mas el Consolador, el Espíritu Santo" (v. 26).

Consolador significa "uno que alivia en tiempo de dolor o pena" – uno que calma el dolor y las penas, trae alivio, consuela y anima. Pero me gusta otra definición que viene del Griego: "Uno que prepara una cama tibia de protección para ti". Durante las noches frías de tu alma, él te acuesta en la suave cama de su consuelo, calmándote con las caricias de su mano.

Al nombrar al Espíritu Santo como el Consolador, Jesús hizo una predicción infalible. El estaba prediciendo que su gente sufriría malestares, y necesitarían consuelo – por que habría mucho dolor y sufrimiento para su pueblo en los últimos días.

El Espíritu Santo trae consuelo al recordarle que él vive en usted con todo el poder de Dios inherente en su ser. Esa es la razón por la cual usted puede decir, "¡Mayor es aquél que está en mí que todos los poderes del mundo combinados – más grande que todos los poderes de los demonios!" Dios envió al Espíritu para mantenerlo a usted fuera de las garras de Satanás – para levantar su espíritu, disipar toda depresión e inundar su alma con el amor de su Señor.

"Sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; por que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:3, 5)



Septiembre 2 -- Saco de Piedras -- Max Lucado

“Venid a mí todos los que estáis trabajaos y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mateto11:28-30)

TU SACO DE PIEDRAS

Tienes uno. Un saco de harpillera. A lo mejor no estás consciente de él. Es posible que no se haya dicho nada al respecto. Quizás no lo recuerdas. Pero se te dio uno. Un saco. Un saco de harpillera áspera y basta.

Te hace falta el saco para cargar las piedras. Rocas, peñascos, guijarros. De todos tamaños. De todas formas. Todas indeseables.

No las solicitaste. No las buscaste. Pero te las dieron.

Algunas fueron rocas de rechazo. Se te entregó una la vez que no pasaste la prueba. No fue por falta de esfuerzo. Sólo el cielo sabe cuánto practicaste. Pensaste que eras lo suficientemente bueno par formar parte del equipo. Pero el entrenador no. El instructor no.

No es necesario que vivas mucho tiempo para obtener una colección de piedras. Obtienes una mala nota. Tomas una decisión incorrecta. Armas un lío. Te apodan algunos nombres desagradables. Se burlan de ti. Abusan de ti.

Y así es que el saco se pone pesado. Pesado por causa de las piedras. Piedras de rechazo. Piedras que no nos merecemos.

Junto con algunas que sí merecemos Mira hacia el interior del saco de harpillera y verás que no todas las piedras son de rechazos. Existe un segundo tipo de piedra. La del remordimiento.

Remordimiento por la vez que diste rienda suelta a la cólera.Remordimiento por el día que perdiste el control.Remordimiento por el momento que perdiste tu orgullo.Remordimiento por los años que perdiste tus prioridades.E incluso remordimiento por el momento en que perdiste tu inocencia.

Una piedra tras otra, una piedra de culpa tras otra. Con el tiempo el saco se pone pesado. Nos cansamos. ¿Cómo puedes tener sueños para el futuro cuando necesitas de toda tu energía para llevar el pasado a cuestas?

Con razón algunos se ven desdichados. El saco demora el paso. El saco raspa. Ayuda a explicar la irritación de tantos rostros, tantos pasos arrastrados, tantos hombres caídos y, por encima de todo, tantos actos desesperados.

Te consume la necesidad de hacer lo que sea para conseguir un poco de descanso.

Así que te llevas el saco a la oficina. Determinas trabajar con tanto ahínco que lo olvides. Llegas temprano y te quedas hasta tarde. La gente está impresionada. Pero cuando llega la hora de ir a casa, allí está el saco…esperando que lo lleven afuera.

Cargas el saco hasta una hora feliz en un bar. Un nombre como ese debe dar un cierto alivio. De modo que apoyas el saco en el piso, te sientas en la banqueta y bebes algunos tragos. La música se vuelve fuerte y tu cabeza se pone liviana. Pero entonces llega la hora de partir, miras hacia abajo, y allí está el saco.

Te arrastras hasta una sesión de terapia. Te sientas en el diván con el saco a tus pies y vuelcas todas tus piedras sobre el suelo y llamas a cada una por su nombre. El terapeuta escucha. Simpatiza contigo. Se brindan algunos consejos útiles. Pero cuando el tiempo se acaba, te ves obligado a juntar las rocas y llevarlas contigo.

Te desesperas tanto que decides probar un encuentro de fin de semana. Un poco de excitación. Un abrazo arriesgado. Una noche de pasión robada. Por un momento la carga se aligera. Pero luego se acaba el fin de semana. Se pone el sol del domingo y, aguardándote al pie de la escalera del lunes, se encuentra…lo adivinaste, tu saco de remordimientos y rechazos.

Incluso hay quienes llevan el saco a la iglesia. Quizás la religión ayude, razonamos. Pero en lugar de remover algunas piedras, algún predicador bien intencionado pero mal dirigido puede incrementar la carga. Los mensajeros de Dios a veces lastiman más de lo que ayudan. Y a lo mejor abandonas la iglesia cargando algunas piedras nuevas en tu saco.

¿El resultado? Una persona que se arrastra por la vida, cargada por el pasado. No sé si lo has notado, pero resulta difícil ser considerado cuando cargas un saco de harpillera. Resulta difícil apoyar cuando uno mismo está hambriento de apoyo. Resulta difícil perdonar cuando uno se siente culpable.

A no ser que el ciclo se interrumpa.

Lo cual nos conduce a la pregunta:” ¿De qué modo puede una persona obtener alivio?”

Lo cual, a su vez, nos lleva a uno de los versículos más bondadosos de la Biblia:“Venid a mí todos los que estáis trabajaos y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mateto11:28-30)

“Venid a mí”, dice el versículo.
Jesús dice que Él es la solución para el cansancio del alma.

Ve a Él. Sé sincero con él. Admite que tienes secretos del alma que nunca has enfrentado. Él ya sabe lo que son. Sólo espera que le pidas ayuda. Sólo espera que le entregues tu saco.

Adelante. Te alegrarás de haberlo hecho. (Los que están cerca de ti también se alegrarán…resulta difícil lanzar piedras cuando has dejado tu saco ante la cruz).


Septiembre 1 - AMOR CLARO -- CH Shaw

Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Juan 13.1


La agonía de la cruz no era desconocida para Cristo, aunque él mismo no había transitado aún por ese camino. Pero los Romanos habían introducido este cruel método de muerte mucho años antes de que el Hijo de Dios caminara por esta tierra. Hemos de suponer, entonces, que Jesús había visto, en más de una ocasión, a los reos colgados de maderos en las inmediaciones de las ciudades de Israel.

La verdadera magnitud de la prueba que lo esperaba se ve revelada en toda su intensidad en la agónica lucha que se libró en Getsemaní. Allí, el Mesías confesó a sus más íntimos que se sentía angustiado hasta el punto de la muerte.El amor no conoce situaciones personales que lo libran de la responsabilidad de expresarse en forma práctica en la vida de los que están a su alrededor. ¡Cómo no dedicar, entonces, las horas y los días previos a esta titánica prueba a fortalecer el espíritu y concentrar los recursos espirituales! Si en algún momento alguna persona tuvo derecho a centrarse en sí mismo frente a una inminente crisis, esa persona fue Jesús. Hubiéramos entendido que, frente a semejante prueba, se hubiera mostrado distraído o melancólico.

Juan, sin embargo, nos hace notar que el evento que está por describir ocurre con el pleno conocimiento por parte de Cristo, de que su hora había llegado para pasar de este mundo al Padre. Y el paso lo daría, irremediablemente, por la cruz. En este momento crucial de su vida, Cristo continuó pensando en sus discípulos, y no permitió que sus luchas personales lo distrajeran del compromiso de amarlos en todo momento y en toda circunstancia. La lección que nos deja su ejemplo es clara: el amor no conoce situaciones personales que lo libran de la responsabilidad de expresarse en forma práctica en la vida de los que están a su alrededor. Todos hemos conocido situaciones donde una persona con una enfermedad incurable, hospitalizada, anima y bendice a los que la visitan para animarla.

Su ejemplo nos habla de una vocación que no conoce feriados, ni vacaciones, ni tampoco circunstancias en las cuales es lícito dejar de amar.

Esta vocación no es la misma cosa que la esclavitud al servicio, tal como la que mostró Marta cuando el Mesías la visitó en su casa (Lc 10). Esta es otra cosa enteramente diferente. Pero el que ama de verdad, ama en toda circunstancia, aun en medio de profundas pruebas personales. ¡Esto sí que es amor!